jueves, 30 de septiembre de 2010

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Estaba dibujando y tachando como siempre lo hacía cuando ponía a "prueba" mi creatividad. El Sopas me zapeo y con la vista señalo el punto en donde se encontraba ella, la puerta de nuestro salón de clases. Solo le dí simple mirada y volví a lo mío, no por soberbia, mi timidez se apoderó de mí, así como su presencia. Seguí dibujando en mi cuaderno de notas, por cada línea que trazaba iba recorriendo su silueta, me había tocado. Con solo verla un instante se grabó en mis parpados, fueron horas de decidía, yo hacía lo de siempre en la prepa, caminar después de clase de psicología hacia las canchas de fut, cuando di la vuelta hacia estas estaba ella sentada, en silencio. Envuelto en nervios seguí de largo, cuando ella dijo mi nombre, me sorprendió que lo conociera, tomé asiento a su lado, luego ella me miró y dijo: -¿Por qué tardaste tanto? -No sabía que me esperabas, dije mientras trataba de encontrar su nombre en alguna parte de mi memoria, pero no lo tenía grabado, no recuerdo que tanto dijimos, solo recuerdo el brillo de sus palabras, me pudo haber mentado la madre y hubiese sido un halago para mi. -Se que te gusto, te embobas al verme. -Dijo, no pude negarlo, así que, como siempre hice lo que mi impulso dictó, la bese. Me miró a los ojos, y se fue, mi cuerpo inmóvil veía como se alejaba sin siquiera voltear. No sentí nada, pero me di cuenta que solo era un buen inicio, el cual ninguno de los dos supimos controlar. Era viernes, recuerdo que jugué hasta el cansancio y regrese a casa. 9 de mayo, un buen día para un buen inicio.