martes, 13 de octubre de 2009

Día de contrastes

Ayer fue un día de contrastes, todo en menos de 16 horas. Despierto: mañana soleada, aire fresco. tomo mi ropa deportiva y salgo a correr, lo que estoy tratando de volver a hacer un habito. Mientras voy recorriendo el bosque, veo rostros en los árboles, me olvido de todo y no siento las piernas, la adrenalina hace su chamba. Termina mi rutina y desayuno con una amiga que he conocido apenas hace una semana. Desayuno sano por cierto. Retorno a mi casa y las rodillas comienzan a quejarse, el día sigue fresco y el sol me da en los ojos, sonrío nomas y pienso que debe seguir así. Me alisto para ir al trabajo, no sin antes escuchar rolas mañaneras que me ponen contento.

Estoy en la oficina y el jefe ha dejado un mensaje, "me fui de vacaciones, te quedas a cargo", pavor total, pero estoy listo, aunque el día comienza a nublarse, maldita sea, bueno, hoy soy jefe y me siento bien. Termino mi jornada, bueno la terminé antes, quería sentirme jefe, jaja. Comienzan a juntarse los nubarrones, así como una estela de tristeza se me pega en la sombra, de la nada me siento triste. Chale!!! Tan bien que estaba, llego a casa, me preparo algo de cenar y busco algo en la lectura la distracción, pero aumenta el nivel de tristeza, razón no conocida, no tenía por que estarlo, pero lo estaba. Por si fuera poco el día que conocí horas atrás se había ido y la lluvia comenzó a golpear fuerte mi ventana. Aunque me agrada ver la lluvia y sentir los tintineos rondar, el día no merecía terminar así. Me di un baño, relajante, pero no curo mi sentir, "me rindo, a dormir", todo esto acompañado del mensajero y la platica con una amiga y unas rolas de bunbury, rematando con una dosis de mis agradables pastillitas apendejadoras.

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